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miércoles, 17 de octubre de 2012

Inés Asenjo


Inés Asenjo, fue otro de los establecimientos que visitamos. Este comercio está situado en la calle Easo de San Sebastián junto a Montes + Múgica. La tienda lleva abierta desde hace 28 años y siguen teniendo la misma estructura y distribución que por aquel entonces. Se trata de un local de tamaño reducido pero con una muy buena distribución. La tienda está enfocada especialmente para el sector femenino que hoy por hoy es el sector que más compras hace lo que podría ser un punto a favor para ellos. Es un establecimiento de forma estrecha y larga (como si fuese un pasillo).

Analizando la zona del escaparate podemos observar que es un escaparate abierto y concurrido, con 3 maniquíes de figuras femeninas. Las prendas que podemos encontrar en el establecimiento son para cierto público con poder adquisitivo, pero aun así son prendas accesibles para bolsillos “mileuristas” (aunque sea como capricho). El tamaño de la tienda hace que la atención al cliente sea más cercana dado al poco espacio que hay.

Justo frente a la entrada encontramos el mostrador, cuya peculiaridad es que tras él, hay unas escaleras que llevan al almacén de la tienda. Un punto clave de las escaleras es, que bajo ellas, colocaron cajoneras con más ropa con lo que lograban aprovechar bien el espacio y poder ofrecer mayor cantidad de productos a sus clientes.

La iluminación está distribuida de varias maneras, por una parte la iluminación directa, utilizada para llamar la atención o resaltar  algún producto en concreto; y por otra parte la iluminación indirecta, que servía para dar ciertos matices a la tienda, todo ello sumado a la iluminación natural que atraviesa la cristalera de la entrada.
Las prendas están situadas dentro de armarios empotrados, con lo que hicieron darle una profundidad pero de esta manera acercaban los productos hacia el cliente.
La gran peculiaridad de la tienda es que tiene todos sus productos situados en la zona derecha del comercio, dejando libre la parte izquierda para poner un gran espejo.

Había varios factores que hacían de la tienda un lugar agradable y calmado, como podría ser el estilo jazz de la música, el olor a perfume que desprendía la tienda y la tonalidad de las luces, consiguiendo que el cliente se encuentre en un ambiente placentero.

Al fondo, tenían ubicados los 3 probadores para que los compradores se probasen las prendas, lo que hacía que tuvieran que atravesar toda la tienda y de esta manera poder fijarse en otros artículos.


No siempre hay que seguir las modas, un comercio antiguo, también tiene tirón hoy por hoy


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