La gran
idea que me ronda la cabeza sobre el cliente es la de que “nuestro objetivo es satisfacer los suyos”; en ella se basa la gran
mayoría del ejercicio, en saber con la mayor exactitud, en poder anticiparse,
en poder analizar, desarrollar, cumplir y si es posible mejorar sus deseos o
necesidades. Pero si tuviera que sacar las 5 ideas que para mi parecer son
clave en este texto serían las siguientes:
1.
¿Qué es para nosotros el cliente?:
El cliente es lo primero y lo más importante
del negocio. Ellos son los que tienen el poder y en el fondo saben que llevan
las riendas de nuestros comercios; son los que nos hacer ser rentables o simplemente
un fracaso más.
2.
¿Qué espera el cliente de nosotros?:
El cliente
es esa persona que espera ser agradado,
complacido, venerado por un personal competente y honesto. En todo momento
busca ser “alabado”. Desea recibir un trato
personalizado y ajustado a sus
deseos, desea ser atendido con rapidez,
necesitan que les traten debidamente.
Para él es
imprescindible ser escuchado y que
la persona que le esté atendiendo sea tan sumamente profesional que sea capaz de ponerse
en su piel y poder descifrar sus necesidades y poder abastecerle de un
abanico de soluciones que se adapten
a lo que el consumidor esté buscando.
El cliente
desea acudir a “comercios preocupados”
(mi propio nuevo concepto), preocupados por su imagen, tanto corporativa como
del personal; preocupados por la atención al cliente; por los que cuidan su imagen corporativa, la apariencia del local, sus instalaciones; que tengan afán de
conseguir que el cliente se sienta realizado; con inquietud en conocer el
mercado del consumidor; con nerviosismo de dar al cliente el protagonismo que
se merece….
3.
¿Qué es lo que el cliente nos ofrece?:
Para
pensamientos del inculto, creer que el cliente solo recibe, es una gran
equivocación. Seguramente, sea el cliente el que nos aporte más, de lo que
nosotros seamos capaces de ofrecerle. No existe ningún tipo de actividad que
nos conceda tanta información como la que nos pueda dar el propio cliente. De
hecho podríamos decir que es nuestro mentor, es la persona que más nos va a
enseñar y el que nos puede aportar información más fiable y de primera mano.
Para poder conocerlos a fondo es necesario realizar un análisis certero
mediante un contacto directo y personalizado.
4.
¿Cuál es nuestro deber/objetivo para con el
cliente?:
Nuestro
reto personal es crear una cartera de clientes fieles, para ello es
indispensable crear necesidad de algo sobre nuestros clientes y que cada vez
que vengan a nuestro establecimiento sea una experiencia nueva y que sobre
todo, salgan complacido y si es posible, impresionado por algo que no esperaba.
Los
clientes son personas corrientes, tienen defectos, virtudes y sentimientos comunes.
Es relativamente sencillo empatizar con ellos, sacarles una sonrisa,
entretenerlos… son algunas de las sensaciones que debemos transmitirles para
que no se sientan como un vulgar objeto.
5.
¿De qué herramientas nos vamos a servir para
complacerles?:
Una clara
vía hacia la calidad total y una mejora continua es la mejor respuesta que
podemos darles. Al cliente no le gusta sentirse fuera de moda o en un sitio
donde adquiere artículos y el entorno es de baja calidad, no le gustan los
“cuchitriles”.
La inteligencia
es la mejor arma que disponemos, no solo para enfocarla al cliente, sino para
la vida personal. Escuchar al cliente es básico y de suma importancia para
poder dar en el clavo y ser el punto de mira de otros clientes y referencia
para la competencia.
Junto con
todo ello, conseguiremos dar un excelente
servicio a los clientes.
______________________________________________________________
¿Crees que
el cliente siempre tiene la razón?, ¿piensas que la famosa frase de Harry
Gordon Selfridge está en lo cierto? Yo creo que la frase debería de ser “el
cliente siempre tiene que ser escuchado.” Lo que sí que está
claro es que el cliente o el consumidor es el rey del mercado, él tiene la
capacidad de hacer y deshacer a su antojo.
Es necesario poder comprender los roles de ambas partes pues es la
clave para implementar una estrategia de satisfacción al cliente.
Cuando se presenta, nos brinda información sobre su necesidad: que
es lo que está buscando. Pero hay que entender que Si queremos tener una
ventaja competitiva en los tiempos que corren, debemos apuntar a técnicas
centradas en el cliente.
Este último, es el que pide una solución a una demanda impuesta
por sí mismo y el proveedor es quien busca resolverla o por lo menos que el
cliente quede satisfecho, pero no siempre el cliente sabe cuál es la
mejor solución a su necesidad y entonces es cuando entra la habilidad del merchandiser.
Es de vital importancia saber lo que el consumidor necesite de
antemano para poder adaptarte y ofrecerle el resultado que deseaba encontrar,
pero ¿a qué precio?
Esta afirmación, que de ser cierta sería genial, en la práctica no se da siempre. Es que a la frase “el cliente siempre tiene la razón”, habría que agregarle un “siempre y cuando no me afecte en demasía en mis ganancias”.
Hay gente que se rige por 3 simples reglas, pero en el fondo están equivocados:
Regla No. 1: El cliente siempre tiene la razón.
Regla No. 2: El cliente siempre tiene y seguirá teniendo la razón.
Finalmente…
Regla No.3: Si has llegado a la conclusión de que el cliente realmente está equivocado, no te preocupes, tan solo vuelve a leer las primeras dos reglas y saca tus propias conclusiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario